Cómo hacer cremas de verduras y hortalizas
Las cremas de verduras pueden ser un gran alimento, sobre todo en otoño e invierno, cuando apetece algo más calentito y están de temporada muchos ingredientes que podemos usar para hacerlas más ricas y nutritivas. También se pueden hacer sopas frías, pero eso lo trataremos en otro momento (también puedes consultar las mejores sopas frías para el verano).
Aunque es muy fácil hacer cremas de verduras y hortalizas a veces no sabemos muy bien qué hacer o cómo combinar los ingredientes, o cómo hacerlos todos juntos para que tengan buen sabor. Os echaremos una mano con este artículo en el que repasaremos brevemente todo lo que necesitas saber para hacer cremas buenísimas y 100% vegetales.
¿Qué equipamiento necesito?
En principio sólo una cacerola u olla, una batidora (que puede ser de brazo, un robot de cocina o una batidora de vaso), un pelador (que te facilitará mucho la labor), un buen cuchillo y una cuchara de madera para remover. Las cremas de verduras no requieren habilidades ni equipamiento especial salvo que queramos, claro; podemos usar también sartenes para dorar aparte ciertos ingredientes, una vaporera para cambiar el método de cocción de alguna verdura, una báscula para pesar ingredientes (que no suele ser necesaria), un colador fino normal y corriente, un chino (colador cónico), etc.
Para la mayoría de las recetas que quieras hacer o que encuentres sólo necesitarás los primeros utensilios.
¿Qué ingredientes puedo usar?
Hay cientos de verduras y hortalizas que se pueden utilizar para hacer cremas vegetales, incluso algunas frutas también, leches y natas vegetales, aceites, etc.
Algunos de los ingredientes que más se suelen usar y que más gustan:
Aceites
Aunque no son imprescindibles para hacer una buena crema, la base de muchas de ellas puede ser un ligero sofrito o pochado, para el que necesitaremos una pequeña cantidad de aceite. Además, hará que nuestra crema quede más sedosa cuando la batamos.
Puedes usar cualquier aceite que quieras, aunque los más usados son el de oliva y el de girasol. Procura no quemar el aceite, con calentarlo a fuego medio y dorar un poco los ingredientes es suficiente. El sofrito inicial puede llevar por ejemplo ajo, cebolla, puerros, etc., ingredientes que mejoran bastante al utilizar este medio de cocción en lugar de sólo hervirlos (así sacamos sus mejores sabores). Aunque como decimos, no es imprescindible.
Si utilizas aceite de sésamo se notará bastante su sabor, eso sí, no lo calientes mucho o perderá su aroma. También puedes añadirlo al final de la cocción o al batir la crema si quieres que se note el sabor (poquito, 1 cucharada para una crema para 4 personas es suficiente).
Ajos
El problema de los ajos es que tienden a extender su fragancia por toda la crema, así que podemos usarlos pero con moderación (salvo que nuestra intención sea que la crema sepa mucho a ajo, claro). Se pueden añadir dientes de ajo enteros, con piel y todo, y después retirarlos, o bien picar un par de dientes de ajo y hacer un sofrito inicial antes de añadir el resto de ingredientes. Podemos, también, utilizar ajos asados, que tienen un sabor mucho más suave y textura cremosa, o ajetes (ajos tiernos), para un aroma más suave, menos pungente y más fresco. Si usas dientes de ajo recuerda quitar el nervio interior (salvo que uses los dientes de ajo enteror), así no quedarán tan fuertes ni se te repetirán. Puedes aromatizar toda una crema para 2 personas con sólo 1 diente de ajo (cunde mucho!).
Otra forma de añadir ajo a la crema, pero al gusto de cada un@, es servir la crema junto con una nata vegetal con ajo (batir la nata vegetal para cocinar con 1 diente de ajo sin nervio), all i oli, veganesa con ajo, picatostes al ajo… De esa forma disfrutaremos de su sabor pero sin que sea un ingrediente de la crema.
Apio
Es una verdura muy mediterránea, de tallos largos y verdes, que se suele utilizar en sopas y caldos. Tiene un sabor fresco, dulce y anisado muy característico, por lo que en sopas saladas se pone sólo un poquito, para dar el toque de sabor. Se puede encontrar en fruterías y verdulerías en manojos. Se puede usar tanto el tallo como las hojas.
El apio es una buena fuente de tiamina, riboflavina, hierro, magnesio, fósforo, fibra y vitaminas A, C, K y B6.
Apionabo
Es como el apio (Apium graveolens var. dulce), pero se cría por su raíz, que es un bulbo grande y grueso, blanco por dentro, parecido al boniato blanco o a la patata, pero de aspecto más seco. También es ligeramente dulce y anisado, pero el sabor y el aroma se van haciendo más suaves con la cocción. Se puede usar como ingrediente principal o en buenas cantidades, contribuye a la cremosidad del plato.
El apionabo tiene mucha fibra, magnesio, fósforo, potasio, cobre, manganeso, vitamina C y vitamina B6.
Boniato o batata
Suele haber de dos tipos, blanco y rojo (en realidad es naranja). Son unos tubérculos parecidos a la patata, normalmente alargados y de piel suave, que tienen un sabor dulce, como entre zanahoria y calabaza, y una textura cremosa como la patata y la zanahoria. Los boniatos quedan muy bien en las cremas, tanto por su color como por su textura, que se hace muy cremosa con la cocción. Se puede usar como ingrediente principal o con mucho protagonismo, procurando añadir también algún otro ingrediente que no sea tan dulce (salvo que queramos una crema bastante dulce). Se puede asar antes de añadir a la crema y tendrá un sabor más concentrado y color más vivo. Se puede cocinar con boniatos igual que con patatas, requiere el mismo tiempo de cocción y también se pueden hacer con piel.
Los boniatos o batatas son ricos en fibra, potasio, vitamina A y C, manganeso y fibra.
Calabacín
Hay unos cuantos tipos de calabacines y todos ellos nos sirven para hacer cremas. Los hay alargados o esféricos, verdes oscuros, verdes claros, amarillos… Para las cremas podemos usar cualquier tipo de calabacín con o sin piel. Una de las mejores cosas de los calabacines es que absorben muy bien los sabores del resto de ingredientes y a la vez su sabor es muy suave cuando los hacemos hervidos o al vapor. Otra cosa más a su favor es el cambio de sabor al utilizar un medio de cocción diferente. A la plancha, frito o asado desarrolla sabores intensos muy agradables y muy interesantes para nuestras cremas, a la vez que siguen aportando cremosidad. Eso sí, no os recomendamos que friáis los calabacines para hacer cremas salvo que no os importe que queden muy aceitosas. El calabacín tiende a absorber mucho aceite salvo que lo rebocemos o lo empanemos, pero es algo que no nos aporta nada para nuestra crema, así que trataremos, mejor, de hacerlo a la plancha, salteado o sofrito al principio con otros ingredientes.
Se pueden hacer cremas sólo con calabacín como ingrediente principal y os quedarán buenísimas.
Los calabacines nos aportan una buena cantidad de tiamina, riboflavina, niacina, vitamina B6, A, C y K, fibra, fósforo, magnesio, cobre y manganeso.
Calabazas
Calabazas, así en plural, porque hay muchas variedades. La que más se suele usar para hacer cremas es la de la imagen, la calabaza butternut, de piel naranja claro e interior naranja vivo, pocas semillas y casi todas en la parte inferior, muy carnosa, tierna y moderadamente dulce. Otras variedades se suelen utilizar para asar, ya que son bastante más dulces, o para hacer dulces como el cabello de ángel. Estas calabazas son fáciles de encontrar en fruterías y verdulerías, en piezas enteras que pueden ir de los 600 g a los 3 kg de peso. En otoño e invierno es temporada de calabazas, así que es buena idea comprarlas y darles todos los usos posibles, por ejemplo en cremas.
La calabaza butternut se puede usar como la patata, pero es necesario quitar la piel, que es bastante dura. Al cocinar la carne de la calabaza nos quedará mucho más tierna y jugosa que la patata, y con más tendencia a deshacerse si nos pasamos de cocción.
Al ser un poco dulce podemos hacerla compartir protagonismo con otros ingredientes no tan dulces, como el puerro, cebolla, nabo, patata, etc., para evitar un sabor demasiado dulce en nuestra crema salada.
La calabaza butternut es una buena fuente de vitamina E, vitamina A, vitamina C, tiamina, niacina, vitamina B6, calcio, potasio y manganeso. En general las calabazas tienen una composición parecida, aunque puede variar según la variedad, teniendo más o menos fibra, hierro, etc.
Caldos
Para dar más sabor a las cremas podemos utilizar caldos de verduras. Las hortalizas y verduras que usemos en la crema necesitan agua como medio de cocción (ya que la mayoría de las cremas son hervidas bien por conveniencia o porque es el mejor método de cocción para uno o más de los ingredientes seleccionados), y podemos hacer que tenga más y mejor sabor sustituyendo todo o parte del agua por caldo de verduras casero, o bien añadiendo caldo concentrado de verduras al agua de cocción. Para una crema para 2 personas basta con ¼ de pastilla de caldo, o 1-2 tazas de caldo casero.
Si haces el caldo en casa aprovecha para poner todos tus ingredientes favoritos y que den muy buen sabor. Por ejemplo cebolla, ajo, apio, zanahoria, pimiento asado, puerro, tomate… Tus cremas de verduras lo agradecerán ;)
Cebollas, cebolletas, cebollas de verdeo, cebollas de primavera…
En general las cebollas se suelen usar en las cremas para hacer un sofrito o un pochado inicial con un poquito de aceite y de esa manera darle sabor a toda la crema, aunque también pueden ser un ingrediente predominante si lo deseamos.
Las cebollas dulces tenderán a quedar más discretas aunque se note su sabor, mientras que las cebollas maduras y amarillas se notarán bastante más y pueden hacer que se le repita la crema a algunas personas. Las cebollas moradas, cebolletas, cebollas de verdeo y cebollas de primavera son más dulces y suelen repetirse menos, aunque lo importante para que eso no pase es utilizar una cantidad razonable y que tengan suficiente tiempo de cocción. En general se repiten menos si las sofreímos o pochamos al principio, dejando que se evapore al menos parte del líquido que contienen. También podemos freírlas o caramelizarlas, pero procurando no añadir un exceso de aceite a la crema.
Si no sabes cuánta cebolla añadir en tu crema piensa cuál es el sabor que quieres que tenga. Normalmente ¼ de cebolla de tamaño normal es suficiente para una crema para 2 personas. Pícala fina, dórala con un poco de aceite en la cacerola y añade el resto de ingredientes.
Más que textura nos aportan sabor, tenlo en cuenta porque las cebollas no tenderán a crear una textura cremosa, necesitaremos otros ingredientes (por ejemplo patata, zanahoria, calabaza, calabacín, etc.)
Las cebollas no sólo dan sabor, también nos aportan fibra, vitamina C, vitamina B6, potasio y manganeso.
Champiñones y setas
Las cremas de champiñones o de setas son muy populares gracias a los sabores que nos aportan. Vale, no son verduras ni hortalizas, sino hongos, algo totalmente diferente, pero por no hacer una categoría aparte los hemos incluido aquí.
La mayoría de setas y champiñones que podemos encontrar en el mercado tienen sabores suaves y textura cremosa una vez cocinados y batidos. Los aromas de las setas y los champiñones también se pueden aprovechar en otras cremas, no es obligatorio hacer cremas sólo de champiñones, podemos añadirlos a cremas de zanahorias, patata, puerro, etc., y darle un toque de sabor que sólo los hongos nos pueden proporcionar.
Algunas setas, como las shiitake, tienen un sabor bastante fuerte (en comparación con otras variedades) y contienen ácido glutámico, especialmente las shiitake deshidratadas, un componente que otorga sabor umami a todo aquello en lo que las usemos, o lo que es lo mismo, potencia el sabor, hace las preparaciones más exquisitas resaltando ciertos componentes aromáticos. Eso sí, no uses muchas salvo que quieras que todo sepa a shiitake.
Los níscalos o robellones además aportan color anaranjado y sabor ligeramente terroso, “de campo”, que conjunta muy bien con las zanahorias, boniatos y calabazas.
Coliflor
Esta hortaliza puede dar mucho juego en nuestras cremas. Al cocinarla queda muy tierna y ayuda a que las cremas queden muy sedosas y cremosas, por su color blanco se puede combinar con ingredientes del mismo color para hacer cremas blancas, o añadirla para cualquier otra crema sin que el color se vea muy afectado.
Al hervir la coliflor el olor que desprende nos puede resultar desagradable, pero hay otras formas de hacerla para que esto no pase pero acabe con un sabor muy muy bueno. Echa un vistazo a Cómo cocinar con coliflor.
La coliflor, además, es una buena fuente de proteínas y fibra, tiamina, riboflavina, fósforo, potasio, ácido pantoténico, vitaminas C, K y B6 y manganeso.
Espinacas
Frescas o congeladas, son un ingrediente muy común en las cremas de verduras. Se deshacen fácilmente y dejan un sabor pronunciado. Podemos añadirlas tal cual y hervirlas o dorarlas previamente para un sabor más tostado (recomendable si no t gustan mucho las espinacas). No aportan mucha cremosidad, pero ayudan. Se pueden combinar con otros ingredientes más cremosos como patatas, boniatos, apionabo, etc., van muy bien con verduras y hortalizas ligeramente dulces. Se puede añadir también manzana a una crema de espinacas, el sabor resultante es muy placentero (media manzana en dados para una crema para 4 personas).
Si usas espinacas congeladas no es necesario descongelarlas, las puedes añadir directamente.
Si usas espinacas frescas lávalas primero, quita las partes feas (si las tuvieran) y desecha la parte final de los tallos. Córtalas en trozos medianos o pequeños antes de añadirlas y recuerda que reducen mucho.
Las espinacas son una buena fuente de fibra, niacina, proteínas, vitamina A, C, E, K, B6, ácido fólico, riboflavina, calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, zinc, cobre y manganeso.
Frutos secos
Algunos frutos secos pueden servirnos tanto para dar sabor como textura a las cremas. Si los salteamos o doramos al principio antes de añadir el resto de ingredientes y hervirlos, tendremos un extra de sabor. Si los añadimos en el momento de servir, sabor más suave y textura crujiente en contraste con la crema.
Los frutos secos en las cremas también ayudan a que sean más sedosas por los aceites que contienen. Algunos frutos secos como las almendras y las nueces tienen sabores que combinan especialmente bien con cualquier vegetal que queramos. Con añadir una pequeña cantidad es suficiente (salvo que quieras que se note mucho el sabor).
Hinojo
En las sopas y cremas se suelen utilizar las semillas o el bulbo del hinojo. En el caso de las semillas, para aportar un sabor anisado, y en el caso del bulbo un toque dulce, sutilmente anisado y cremoso. El hinojo es una planta que desarrolla los bulbos que véis en la foto bajo tierra, y unos tallos que pueden medir más de 2 metros de alto en los que salen las semillas. Suele ser fácil encontrar semillas de hinojo pero no tanto el bulbo, sobre todo en algunas regiones, así que si lo encontráis, ¡probadlo!
El hinojo se puede comer crudo, asado, al vapor, dorado a la sartén, a la plancha, salteado… Su textura en crudo es parecida a la del apio, por las múltiples capas, y se torna tierna al cocinarlo. Para las cremas sólo hay que usar una pequeña cantidad (salvo que queramos hacer crema de hinojo) y todo el plato tendrá ese aporte en forma de ligero aroma y sabor.
El hinojo además es una buena fuente de niacina, calcio, hierro, magnesio, fósforo, cobre, vitamina C y fibra.
Leches y cremas vegetales
Muchas cremas llevan como ingrediente leche, nata o crema, que podemos sustituir por leches vegetales (que no sean edulcoradas y sin sabores), natas vegetales para cocinar y cremas vegetales (sin azucarar). El propósito de estos ingredientes es que la crema tenga un aspecto más homogéneo, un color más suave y una textura más cremosa y sedosa. Con las natas vegetales nos quedarán las cremas mucho más sedosas. Con las leches vegetales más cremosas y ligeras, especialmente si usamos leche de arroz. Con las cremas vegetales (más o menos como nata, más espesas) hacemos las cremas más espesas y a la vez sedosas.
No es imprescindible añadir leches ni natas vegetales a nuestras cremas, pero es recomendable por la textura que nos proporcionan y porque al fin y al cabo pueden ser un aporte más de nutrientes: la soja es una legumbre, el arroz un cereal, la almendra un fruto seco… así podemos elegir la leche vegetal que más nos convenga.
Para hacer más cremosa tu preparación no necesitas gran cantidad de leches o natas vegetales, basta con 100 ml de leche vegetal o 30 de nata vegetal en una crema para dos personas (añádelo mientras bates los ingredientes ya cocinados).
Legumbres
No son verduras pero nos pueden ayudar a dar más cremosidad y sabor a nuestras cremas. Utiliza legumbres ya cocidas y preferiblemente de textura cremosa (como las judías y los garbanzos) en poca cantidad y cocínalo con el resto de ingredientes. Al batir la crema tendrá un aspecto mucho más sedoso.
Puedes usar las legumbres que más te gusten o las que tengas ya cocidas (o que te hayan sobrado de otros platos), preferiblemente sin especias para evitar que nos cambie mucho el sabor que queríamos para nuestra crema.
Añadiendo legumbres, además, estaremos incrementando la cantidad de proteínas y hierro de nuestra crema.
Nabos
También hay diferentes variedades de nabos, aunque normalmente los encontramos todos mezclados o sólo los nabos blancos largos (los de la foto).
Los nabos en general tienen poco sabor, color blanco que se va haciendo traslúcido con la cocción, y una piel muy fina que podemos dejar o pelar antes de usar. Se pueden usar igual que la patata, pero teniendo en cuenta que no tienen el mismo sabor, su textura es más fibrosa que cremosa (hasta que lo pasas por la batidora, claro) y que puede tostarse rápidamente al hacerlo a la plancha o frito y adquirir un sabor amargo bastante desagradable. Es preferible, sobre todo para las cremas, dorarlo sólo ligeramente, cocerlo al vapor o hervirlo con el resto de ingredientes.
Los nabos tienen muy pocas calorías, pero son ricos en vitamina B6, B9, calcio, fósforo y manganeso.
Patatas
Es uno de los ingredientes más usado en las cremas de verduras. Su sabor es muy suave y su textura muy cremosa. Normalmente se usan en combinación con otros ingredientes que aporten más sabor, dejando a las patatas como responsables de la textura que hará que podamos llamar “crema” a nuestra preparación. Se puede usar cualquier tipo de patata, aunque algunas tenderán a quedar más cremosas que otras. Lee más en Cocinando patatas.
Para las cremas suele ser conveniente pelar las patatas o usar patatas peladas porque la piel no nos aporta nada importante y, por el contrario, puede hacer que el sabor de la crema se torne más amargo y que por muy bien que batamos la mezcla sigan quedando pequeños trocitos visibles.
Podemos añadir las patatas al principio de hacer la crema, después del sufrito si lo hubiese, o una vez añadido agua o caldo. Es importante que haya abundante agua en nuestra cacerola para que se cuezan bien y rápido. El caldo en el que se cuezan no debe ser muy espeso ni contener demasiadas partículas del resto de ingredientes, ya que esto hará que la patata absorba menos agua y más lentamente, y que nos tarden mucho tiempo en cocer.
También podemos hacer los trozos de patata más pequeños y así se harán antes (y lo mismo para el resto de verduras y hortalizas), pero no la ralles ni la hagas demasiado pequeña o se deshará en el agua y no quedará tan cremoso como queremos.
Se pueden añadir las patatas crudas, como en los casos anteriores, o patatas previamente hechas al vapor o asadas (esto reducirá el tiempo de cocción, especialmente si no se usan otros ingredientes que requieran bastante tiempo como la calabaza, boniato, nabo, etc). También podemos dorarlas ligeramente con el sofrito para dar a la crema un sabor más agradable.
Las patatas contienen bastante vitamina C y B6, potasio y manganeso.
Pimientos
Los pimientos se suelen añadir en un sofrito o pochado inicial o bien añadirse con el resto de ingredientes en el caso de los pimientos asados. Éstos son los más apreciados para sopas y cremas por el sabor más agradable y textura más sedosa que proporcionan. Podemos asar pimientos al horno y añadirlos en cualquier punto de la cocción de los ingredientes de nuestra crema, aunque si queremos un sabor más intenso podemos añadirlos al principio junto con cebolla y ajo, haciendo un sofrito, o con los demás ingredientes si no hay sofrito inicial.
Puedes usar cualquier tipo de pimiento, aunque los que mejor quedan, por su sabor, son los pimientos rojos (italianos, lamuyos, piquillo, etc.) y amarillos (son ligeramente dulces), mientras que los verdes pueden quedar demasiado fuertes o llegar a amargar.
También se pueden usar pimientos fritos, aunque asados dejan mejor sabor y menos aceite.
Para una crema para 2 personas podemos añadir un pimiento del piquillo asado, y si queremos que sea una crema de pimientos podemos añadir 5 o 6, eso sí, combinándolos con otros ingredientes que aporten cremosidad, como la zanahoria, patata, boniato, coliflor, etc.
Los pimientos en general son una buena fuente de vitamina A, C, E, B6 y K.
Puerros
Los puerros son grandes aliados a la hora de hacer cremas. Su sabor suave puede predominar en nuestras preparaciones simplemente dorándolo ligeramente y usándolo en combinación con otras verduras y hortalizas que resalten su sabor, como el calabacín o la patata (y de hecho puerro + patata = vichyssoise). En general quedan muy bien en la mayoría de cremas y sopas. Aportan sabor y poco color, pero no textura cremosa salvo que usemos mucha cantidad de puerros o puerros asados al horno, enteros, y después cortados en trozos grandes.
Puedes añadir los puerros al principio de la cocción, picándolos y salteándolos o pochándolos con un poco de aceite, o a mitad de la cocción en trozos medianos o grandes (tardan menos en hacerse que las patatas, zanahorias, etc.). Nuestra recomendación es que los piques y los dores ligeramente en la cacerola con un poco de aceite antes de añadir el resto de ingredientes. Con medio puerro mediano das mucho sabor a cualquier crema (para 4 personas), y puedes usar tanto la parte blanca como la verde.
Los puerros son una buena fuente de fibra, vitaminas B6, A, C y K, hierro y magnesio.
Remolacha
La raíz de la remolacha es lo que solemos usar para las cremas y sopas. Es ese bulbo rojo fuerte que suelen vender cocido y envasado o crudo, en manojos, en las fruterías y verdulerías.
La remolacha tiene un sabor dulce suave y terroso que va muy bien con verduras y hortalizas de sabores suaves (como la patata) y ligeramente dulces (como la zanahoria, hinojo, apio y algunas calabazas).
La gracia de la remolacha es que lo tiñe todo de rojo, especialmente las manos y utensilios que usemos. Eso sí, los pigmentos que le dan ese atractivo color, del grupo de las betalaínas, son sensibles al calor y al pH, por lo que nuestra remolacha puede decolorarse y volverse marrón en determinadas circunstancias: si añadimos sólo el jugo o pulpa o la remolacha rallada o picada fina a nuestra crema y lo cocemos todo junto.
Para conservar el color es preferible cocer las remolachas enteras o cortadas por la mitad en un medio más bien ácido (pH de 3 a 7). Las remolachas que venden ya cocidas están enteras o cortadas por la mitad y vienen en agua con ácido (vinagre, ácido cítrico, etc), y se pueden añadir al final de la cocción. Al batirlo todo junto la crema será de color rosa (o rojo fuerte, dependiendo de la cantidad de remolacha que hayamos añadido).
Las remolachas son una buena fuente de fibra, vitamina C, ácido fólico, magnesio, potasio y manganeso.
Romanescu
Es un cruce de coliflor y brócoli que tiene lo mejor de ambos: un sabor suave y agradable, verde, y una textura crujiente en crudo, salteado o a la plancha, y cremosa al hacerlo al vapor, hervido o al horno. A diferencia de la coliflor no desprende olores desagradables. Además por fuera es verde y por dentro más bien blanco, por lo que las cremas que tengan como ingrediente principal el romanescu tendrán un color verde claro que podemos acentuar con cualquier verdura de hoja verde o aclarar con patata, boniatos blancos, nabos, calabacín (pelado), etc. Lo puedes encontrar en fruterías y verdulerías en piezas desde 500 g hasta 3 o 4 kg (los hay!) y puedes cocinar con él igual que con la coliflor y el brócoli.
Queda muy bien junto con calabacines, patatas, calabaza, puerros y cebollas, pero tiene un tiempo de cocción más bajo que las patatas, por lo que podemos añadirlo en mitad de la cocción, cortado en trocitos, si utilizamos patata, calabaza, boniato o zanahoria.
El romanescu o romanesco aporta pocas calorías pero es rico en vitamina C, K, ácido fólico y fibra.
Tomates
Redondos, de rama, de pera, cherry, kumato… en general todos sirven para hacer cremas de verduras. Aportan sabor y color a nuestras cremas, aunque poca cremosidad si no reducimos la cantidad de agua que contienen, que es mucha (para reducirla podemos sofreírlos al principio). Cuanto más maduros sean los tomates, mucho mejor sabor nos darán (y menos acidez).
Los tomates secos dan mucho más sabor y cremosidad, aunque tampoco hay que pasarse en cantidad, ya que tiende a predominar su sabor.
Los tomates asados también son estupendos para las cremas, tienen menor contenido de agua, un sabor muy agradable y tostado, pero no tan fuerte como el de los tomates secos.
Los tomates pelados de lata también se pueden usar, tienen la ventaja de venir sin piel y deshacerse fácilmente sólo con la cuchara de madera.
Los tomates cherry se pueden añadir al principio si haces un sofrito (o hacer un sofrito con ellos) o asar antes de añadir a la crema.
Para que el tomate no nos resulte ácido podemos añadir una pizca de azúcar blanco o moreno, o melaza, sirope de agave, etc., al sofrito o a la crema cuando añadamos los tomates.
Podemos combinar los tomates en la crema con zanahorias, puerros, cebolla, calabaza, etc., van muy bien casi con cualquier ingrediente (especialmente si son bien maduros) por su contenido en ácido glutámico, que resalta los sabores de todos los ingredientes.
Los tomates nos aportan una buena cantidad de fibra, vitaminas E, K, B6, B9, A, y C, ácido fólico, potasio, manganeso, hierro, magnesio, fósforo y cobre.
Zanahorias
Es una de las hortalizas más usadas en cremas y sopas por su sabor suave ligeramente dulce y su textura cremosa. Las zanahorias además son muy baratas, casi como las patatas, están muy buenas y son muy versátiles a la hora de hacer cremas que se adapten a nuestros gustos. Quedan estupendas en combinación con patatas, calabacines, champiñones, boniatos, coliflor…
Su tiempo de cocción es similar al de la patata, boniato y calabaza, por lo que no hay problema en hacerlos todos juntos (en plan “todo a la olla”). Las cremas que hagamos con zanahorias quedarán de color amarillo a naranja, dependiendo de la cantidad de zanahorias que usemos.
Las zanahorias son ricas en vitaminas A, C y E, tiamina, potasio, fibra, potasio y manganeso.
Otros ingredientes
Para que nuestra crema tenga mucho sabor lo importante son las verduras y hortalizas que usemos, pero también podemos añadir sal y especias.
Para la sal: es preferible añadirla al final si tenemos dudas, ya que es mucho más fácil ir añadiendo, batiendo y probando que empezar con la crema ya muy salada.
Si te pasas de sal tendrías que añadir más agua y más cantidad de los ingredientes principales de la crema. Si éstos son verduras que requieren mucho tiempo de cocción, tendrás que hacerlas aparte y añadirlas.
Con añadir unos trozos de patata no se corrige el problema del exceso de sal, las patatas no tienen ningún poder especial para absorber más sal que el resto de verduras y hortalizas. Lo mismo con el pan duro.
Puedes utilizar también sal de hierbas o sales sin sodio, las venden en algunos supermercados, herbolarios, tiendas de dietética, tiendas veganas, etc.
Para las especias: utiliza las que más te gusten o mejor queden con los ingredientes que vas a usar. Por ejemplo cominos (en pequeñas cantidades), cúrcuma (que además tiñe de amarillo), pimienta negra, pimienta blanca, nuez moscada, orégano, perejil, albahaca, orégano, salvia, laurel pimentón… si quieres que se note más el sabor de las especias y hierbas molidas, añádelas justo en el momento de servir.
Y ahora… ¿cómo hago una crema?
Una vez tengamos los ingredientes que queremos que tenga nuestra crema es hora de elegir método de cocción. Por lo general las cremas se hacen con verduras y hortalizas que han hervido juntas y que posteriormente se baten con la batidora para lograr un plato cremoso y sedoso.
⇨ Lo más fácil: hervido todo junto
Corta los ingredientes en trozos medianos-pequeños, ponlos en una cacerola con suficiente agua y/o caldo de verduras como para cubrirlos, ponlo a fuego fuerte, tapado, hasta que entre en ebullición. Baja el fuego y deja que se cueza los minutos que necesite la verdura u hortaliza que más tarde. Por ejemplo, si estás utilizando patatas entre otros ingredientes, déjalo cocer al menos 15 minutos. Puedes comprobar si está hecho pinchando algún trozo con un tenedor (si lo puedes atravesar bien, es que está hecho.
Retíralo del fuego y bátelo con la batidora 3-4 minutos, hasta que no queden trocitos visibles. Pruébalo y añade sal al gusto.
⇨ También es fácil: sofrito o pochado + hervido
Si vas a utilizar cebolla, ajo, puerros, etc., es preferible que los piques bien finos primero. Calienta una pequeña cantidad de aceite en la cacerola en la que vayas a cocer todos los ingredientes y pocha o sofríe estos ingredientes unos minutos. Después añade el resto, cortados en trozos medianos-pequeños, junto con el líquido. Deja que se cueza los minutos que requiera la verdura que más tarde (como en el ejemplo anterior). Después bátelo, pruébalo y añade sal al gusto.
⇨ Mezclando procesos: asado + hervido
Primero asamos el ingrediente o ingredientes que queramos, por ejemplo calabaza, patatas, pimientos o zanahorias (por poner algunos ejemplos), y una vez hechos los ponemos en la cacerola con el resto de ingredientes cortados en trozos medianos y el agua. El resto de pasos, igual.
⇨ Mezclando procesos: al vapor + hervido
Este es muy útil a la hora de hacer por ejemplo cremas con coliflor, ya que nos permitirá hacer cremas con un sabor más suave. Haz la coliflor al vapor y después añádela a la cacerola con el resto de ingredientes y el agua.
⇨ El “así no vale”: sólo calentar
Coge las verduras y hortalizas de bote que quieras, ponlas en la cacerola con suficiente agua como para cubrirlas, llévalo a ebullición, retíralo del fuego y bátelo todo junto. ¡¡Esta forma de hacer cremas no vale porque no aprendes nada!! ;)
! Importante
Cuando batas los ingredientes una vez cocidos hazlo a velocidad alta, tanto si usas batidora de brazo como de vaso o robot, y durante al menos 3 minutos para asegurar una textura suave y sin trocitos. Si es necesario bátelo unos minutos más (especialmente si usas batidora de brazo). Para que la crema te quede más fina, pásala por un colador o por un chino después de batirla.
Algunas recetas
Echa un vistazo a estas recetas para ver cómo hacer algunas cremas de verduras y hortalizas. Puedes variarlas a tu gusto.
Crema de zanahoria y macadamia
Crema de puerro y manzana
Crema de zanahoria y naranja
Crema ligera de col lombarda
Crema de verduras y guisantes
Crema de castañas y champiñones
Crema de puerros
Crema de otoño con calabaza y quinoa
Crème du Barry (crema de coliflor)
Crema de maíz con mojo verde de cilantro
Crema de zanahoria con estrellitas de hojaldre y migas a la cúrcuma
Crema de calabaza
Crema de zanahorias especiada
Crema de calabaza reconfortante
Crema de brócoli con bolitas de sémola
Crema suave de coliflor especiada
Crema de zanahoria y lentejas al curry
Crema de champiñones y puerro (para Thermomix)
Crema jardinera de calabaza, zanahoria, patatas y puerro
Crema de romanescu
Crema de alcachofas
Crema de berros
Puré de apio y puerro
Crema de zanahorias y puerro al curry
Crema de acelgas y espinacas con mijo y garbanzos
Crema de lechuga
Crema de calabaza patisson
Chef vegana, investigando la gastronomía vegana y todas sus posibilidades. En CreatiVegan.net subo recetas. En GastronomiaVegana.org subo tutoriales y artículos sobre ingredientes y procesos.
Hola me gusto esta muy completo con la informacion de los principales ingredientes que se pueden utilizar en la preparacion de cremas. Gracias