Verduras de temporada agosto-septiembre
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Verduras y hortalizas de temporada en agosto y septiembre (parte I)

Al consumir productos de temporada en verano disfrutaremos de un montón de verduras y hortalizas llenas de sabor. Ya os hemos hablado sobre las ventajas de adquirir productos durante su temporada natural, por ejemplo cuando hemos detallado cuáles son las verduras de temporada de otoño y de invierno. Comprar los vegetales propios de cada época solo trae ventajas a nuestro paladar, a nuestro bolsillo y al medio ambiente.

Por si fuera poco, los meses de agosto y septiembre son momentos espectaculares para la huerta. Tomad nota sobre qué consumir en las últimas semanas de verano para conseguir un buen chute de vitaminas y fibra de las formas más refrescantes y sencillas.

La exhuberante huerta de agosto-septiembre

Normal que apetezca alimentarse a base de los platos veraniegos typical spanish, y no tan typical. Pero no es solo el calor porque, ¿qué mejor momento de saborear en distintas formas los tomates, de plena temporada en agosto? Además, la berenjena, el calabacín, la lechuga, el pepino, los pimientos, la remolacha y la zanahoria multiplicarán las opciones de platos saludables, ligeros y frescos. Pero hay muchas más hortalizas y verduras que merece la pena tener en cuenta, sobre todo ya entrado septiembre. Os resumimos, a continuación, las que no deben faltar en vuestra cesta de la compra:

Acedera

Es un brote mediterráneo silvestre que se usa mucho en ensaladas y como condimento por su particular sabor, ligeramente ácido. También se puede consumir cocinada, salteada —como hacemos con las espinacas— o en una crema o sopa fría. Sus hojas son un color verde brillante, y combinan muy bien con cítricos y sabores dulces.

La acedera es rica en vitamina C, K, calcio, hierro y potasio. También se le llama vinagrera.

Acelgas

Ya podemos consumir las primeras en septiembre. Son muy versátiles en cocina: podemos usar las hojas, que quedan perfectas en ensalada si son frescas y tiernas, aunque también están deliciosas salteadas o al vapor. También se aprovechan para algunas recetas las pencas, que son los tallos, si bien necesitan más tiempo de cocción que las hojas.

Aportan mucha vitamina A, C y del complejo B, y es de las más ricas en vitamina K. Tienen más hierro que las espinacas, y también destacan por contener magnesio y potasio. Además son muy ricas en fibra.

Cómo cocinar con acelgas.

Alcachofa

En septiembre también podemos disfrutar de las alcachofas o alcauciles, aunque son más comunes los últimos meses de invierno. Recordad que si no las vamos a cocinar una vez las compramos, hay que guardarlas sin pelar en la nevera. Si queremos congelarlas sí será necesario limpiarlas y lavarlas, así como darles un hervor. Cuando las preparamos es importante echarles limón para evitar que ennegrezcan, porque se oxidan con mucha rapidez.

En ensalada están perfectas, pero también son un plato delicioso al horno, como por ejemplo asadas con limón y hierbas.

La alcachofa es muy diurética y rica en fibra, además de en potasio, fósforo y magnesio.

► Cómo preparar y cocinar alcachofas.

Ajo

Imprescindible en la cocina española, es un ingrediente básico del ajoblanco, una de las sopas frías más tradicionales.

Aunque el ajo se conserva bien durante mucho tiempo y lo consumimos todo el año, hay que tener en cuenta que es en los meses de verano cuando se recoge. Es un condimento fundamental en muchas recetas, formando parte del sofrito de arroces, guisos o salteados.

El más común es el ajo blanco, pero también existe la variedad morada, con un toque picante, y el ajo negro, macerado y con una textura untuosa y sabor suave. El ajo es protagonista en recetas como las patatas con all i olila coliflor al ajoarriero o la mermelada de ajos.

Es rico en aminoácidos, vitaminas A, B y C, además de fibra, agua, fósforo y manganeso.

Berenjena

Rellenas, al horno, a la parrilla, fritas, en forma de chips, patés o cremas. Las berenjenas nos abren un abanico de posibilidades culinarias enormes. Las variedades se distinguen por su nivel de amargor, siendo las de color más claro las menos amargas.

Recuerda que si eliges freírlas, absorberán mucho aceite. Para evitarlo, déjalas reposar con sal, para que pierdan el agua que contienen. Usa la menor cantidad de aceite posible en la sartén y escúrrelas bien cuando las saques. Deposítalas entonces sobre papel de cocina para que absorba el exceso de grasa. También hay formas originales y diferentes de cocinarlas, como el zaalouk (caviar de berenjenas), las focaccias con berenjena y aceitunas negras o el montadito de berenjena.

La berenjena es rica en fibra y agua, además de vitamina A, B, C y E, y minerales como potasio, calcio, magnesio, hierro y fósforo.

► Cómo cocinar con berenjenas.

Berros

Esta planta acuática crece de forma espontánea cerca de arroyos y manantiales, aunque también se cultiva. Tiene tallos carnosos y tiernos, con unas hojas de un sabor algo amargo muy peculiar, entre picante y dulce. Es muy común su consumo en ensaladas como esta con pera, manzana e hinojo, y para aderezar en crudo distintos platos, como cremas, tortillas, quiches o bocadillos. Tened en cuenta que aguantará en la nevera no más de dos días.

Aporta un altísimo contenido en vitamina K y C y, en menor medida, vitamina A. Tiene más hierro que la espinaca y mucho calcio.

Brócoli

A partir de septiembre podemos encontrar el primer brócoli, del que podéis descubrir todo (variedades, cómo cocinarlo, recetas) en Creativegan. Por ejemplo, el brócoli al limón es una forma distinta de disfrutarlo, y muy sencilla de preparar.

Nos aporta altas dosis de vitaminas C, K, A, además de proteínas, hidratos, calcio y hierro.

► Cocinar con brócoli.

Calabacín

De sabor muy suave, también es conocido en Latinoamérica como zapallo, zapallito, calabacita o zucchini. La variedad más común es la verde oscura y de aspecto alargado y compacto. También podemos encontrarlos con la piel de color amarillo, blanco o verde claro y formas redondas. Podemos comerlos pelados o sin pelar, y en su interior encontraremos siempre una carne blanca muy jugosa.

Son comestibles tanto su fruto como sus flores, que se comen rebozadas, salteadas o rellenas. El calabacín se usa mucho tanto para guarniciones como para base de muchos platos, formando parte de sofritos y salsas.

Queda perfecto rallado en ensaladas, a la plancha o a la parrilla. También  podemos hacer unos noodles muy saludables con nuestro espiralizador. Es muy apetecible en los meses de calor, tanto en forma de crema fría de calabacín o, si os gustan los untables como el hummus, el mutabal de calabacín.

El calabacín en vinagre os recordará a la típica tapa de boquerones, y es facilísimo de preparar. Las tortitas de calabacín y el sushi de calabacín son otras alternativas originales para disfrutar de esta hortaliza tan versátil.

Tiene muchísima fibra y agua, además de ácido fólico, potasio, hierro, manganeso, y vitaminas A, B y C (aporta el 60% de la C que necesitamos al día). Por estas razones es mejor consumirlo en crudo o un poco hecho al vapor mejor que cocido.

Calabaza

Aunque solemos identificar la época de la calabaza con meses invernales, en verano también están de temporada. La calabaza de verano es una variedad que tiene la piel clara y fina, y contiene más agua que la de invierno. Las flores también son comestibles. Para elegir la que podemos encontrar en agosto y septiembre, es mejor optar por las de tamaño mediano y de aspecto firme. Es aconsejable que conserven también el rabito, así nos aseguraremos de que están frescas. Hay que tener en cuenta también que son menos duraderas que las de invierno.

Tiene un sabor delicioso en preparaciones clásicas como esta crema fría con calabaza, jengibre y almendras. También es muy sencilla de preparar asada con especias. Si tenemos más tiempo podemos hacerla en forma de croquetas. Si buscamos otros sabores, encaja muy bien en postre por su toque dulce, como podemos ver en esta receta de crema de calabaza con naranja.

La calabaza de verano tiene muchísima agua y fibra, vitamina C, del grupo B y también potasio y magnesio.

Cebolla

Es la base de muchísimas recetas y un ingrediente imprescindible en cualquier sofrito. Hay todo el año, y se conserva muy bien. A partir de septiembre encontramos de temporada la variedad de cebolla conocida como Galaxia. Es esencial en recetas tan tradicionales como el pisto. También la podemos caramelizar para acompañar muchos platos.

Para quitarle acidez y poder consumirla en crudo en ensaladas, lo mejor es pelarla, cortarla y dejarla reposar en agua fría durante unos minutos.

La cebolla es una fuente de fibra y agua muy importante, y rica en minerales como potasio, fósforo, calcio, magnesio, dosio y yodo. También posee vitaminas (A, B, C y E).

Chirivía

Es una raíz con un aspecto parecido a la zanahoria que podemos encontrar de temporada a partir de septiembre y ya en los meses de invierno. También conocida como pastinaca, era muy consumida en Europa antes de la llegada de la patata, tanto asada como cocida.

A diferencia de la zanahoria, su color es amarillento en el exterior, con una carne blanca dentro.  Tiene un ligero sabor anisado y un toque picante, y se usa mucho cocida como ingrediente de sopas, cremas y platos de cuchara en general, como esta sopa de pera y chirivía al curry o la sopa fría de tomate con chirivía caramelizada. También está deliciosa salteada o al horno como guarnición al estilo de las patatas y las zanahorias.

Es muy rica en agua y en minerales como potasio, fósforo, magnesio, además de vitaminas B, C y E.

Coliflor

Pariente del brócoli, está en plena temporada en septiembre. Se compone de una cabeza blanca, que es la parte comestible, rodeada de hojas verdes y duras. En el tutorial que enlazamos más abajo podréis encontrar toda la información necesaria para cocinarla y evitar malos olores, así como los gases que pueda producir su digestión.

Su sabor suave nos permite disfrutarla en un montón de formas, con recetas que van más allá de la clásica coliflor con bechamel al horno. Os sorprenderá con naranja, en forma de paté de coliflor o simplemente frita y aderezada con tahini.

Tiene mucha agua y pocos hidratos. Es rica en vitamina del grupo B, ácido fólico, potasio y fósforo.
► Cocinar con coliflor

Espinaca

Entrado el mes de septiembre podemos encontrar espinacas de temporada. Sus hojas son de un verde muy intenso, tiernas, y quedan perfectas crudas en ensaladas pero también en salteados, revueltos, al vapor, en crema, en batidos verdes o rellenando empanadas y quiches. Hay que eliminar los tallos, que son cortos y finos; las hojas tienen un sabor ligeramente ácido, que combina muy bien con legumbres como los garbanzos, y también el queso vegano o la nata vegetal.

Hay muchas recetas para disfrutar de esta verdura, desde el clásico ajillo a un picoteo saludable y original, como este dip de espinaca o estos deliciosos mini calzone de espinacas con crema.

Las espinacas son ricas en calcio, hierro, potasio, magnesio, manganeso y fósforo. También en vitamina A, C, E y K, del grupo B y ácido fólico. Tienen mucha cantidad de oxalatos, que se eliminan en gran medida con el cocinado.

María Domínguez Díaz

Consultora de marketing verde. Community Manager y redactora web especializada en sostenibilidad. Colaboro con agencias de comunicación y ayudo a pymes a mejorar su presencia digital. Escribo cuando puedo en mi blog. También formo parte del proyecto Día Mundial del Veganismo.

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